Traductores e intérpretes que nunca contrataría
Freelancing Interpreting TranslationTras gestionar muchos proyectos en los últimos años, he ido acumulando unas cuantas anécdotas que creo merece la pena compartir. Si trabajas para agencias, te pueden venir bien para entender qué deberías evitar cuando contactes con un gestor de proyectos si quieres conseguir trabajo.
Correos spam espontáneos o en respuesta a una oferta concreta
Por si aún no quedaba claro, que sepas que nadie lee los correos spam que empiezan con “Dear Sir/Madam” o “To whom it may concern”. Yo los borro sin ni siquiera abrirlos, si no veo que empiezan al menos con mi nombre. Si crees que alguien que ya va hasta arriba de trabajo perdería 10 minutos de su día leyendo la Biblia de tu vida y tu CV, sabiendo que has mandado el mismo mensaje a otras 500 personas y allí no especificas ni siquiera por qué le estás escribiendo, te equivocas.
Es decepcionante constatar que incluso muchos traductores que responden a una oferta concreta suelen indicar todo excepto la información que solicito. Si lo piensas es bastante estúpido y contraproducente por su parte: igual cumplen perfectamente con el perfil que busco, pero como no se toman las molestias de dedicar dos minutos suizos para poner lo que pido, pierden una oportunidad y llenan mi buzón de correos basura.
Aquí tienes un perfecto ejemplo de lo que nunca deberías hacer para buscar trabajo:
Consejo: personaliza tus correos lo más posible, sin que el copia y pega sea muy evidente, y sigue al pie de la letra las instrucciones que aparecen en las ofertas (¡que no falte ninguna información!).
Quien me deja muy claro que no tiene experiencia
Todos empezamos de alguna forma. Sin embargo, para evitar la típica pescadilla que se muerde la cola del “no tengo experiencia, por lo que no tengo trabajo; no tengo trabajo, por lo que no tengo experiencia”, hay que saber ocultar ese aspecto. ¿Quiere decir que tienes que mentir y escribir que tienes 25 años de experiencia y que estás especializado en traducción médica aunque no sea verdad? ¡Por supuesto que no!
Aun así, está claro que si me cuentas en la primera frase de tu correo que justo te acabas de graduar o si en tu CV me pones la foto de tu orla, lo que estás haciendo es decirme de forma implícita que no tienes nada de experiencia. La única manera de conseguir un encargo es convencerle a tu cliente o al gestor de proyectos en cuestión que, por alguna razón, eres la persona más adecuada.
Consejo: si no tienes experiencia, no hagas hincapié en ese detalle. Menciona al PM las razones por las que eres perfecto para una oferta específica, relacionada con un campo que conozcas, o las experiencias reales que hayas tenido (no tienen por qué haber sido remuneradas).
Gente que no sabe ni hablar el idioma del que supuestamente tiene un C2
Hace poco tuve que encontrar una intérprete bilateral de italiano-español en Nápoles, ya que el cliente no tenía presupuesto para pagarme los gastos de viaje.
Como no conocía a nadie en la zona, puse una oferta en Proz en español para hablar con los candidatos y ver ante todo su nivel lingüístico. Los resultados daban bastante vergüenza ajena. Como intérprete, es triste ver que supuestos profesionales —que dicen tener un C2 de español o tenerlo como lengua activa, pero que lo hablan como niños de primaria o peor— piensen estar capacitados para algo que en realidad nunca han hecho, según se lee en sus CV llenos de horrores ortográficos.
Consejo: sé realista y conoce tus límites. No ganas nada proponiéndote para servicios que no podrías llevar a cabo con profesionalidad y calidad.
Candidatos arrogantes que insultan todo lo que solicita el cliente final
Si quieres llamar la atención, la estrategia de ser arrogante e insultar todos los requisitos que pide el cliente funciona sin duda. Ahora bien, para conseguir el trabajo, no lo recomiendo.
Aquí os copio un ejemplo de cómo los modales le costaron el trabajo a un intérprete que en principio habría sido un candidato ideal. Si entiendes italiano y quieres echarte unas risas, adelante. Si no es el caso, te resumo que le parece absurdo todo, de la ciudad donde el cliente necesita el servicio al número de días del mismo, de que lo llame interpretación de acompañamiento al plazo que di para enviar una oferta.
A pesar de haber leído todo su correo, le contesté: “Muchas gracias, pero ya he asignado el encargo a otra intérprete” (la verdad), sin especificar que nunca habría contratado a alguien tan arrogante. Y él, que parece no estar acostumbrado a respuestas tan rápidas, no desistió.
Consejo: si quieres intentar cambiar las condiciones de un trabajo, inténtalo, pero con modales más apropiados. Quizás mejor por teléfono que por correo.
En la siguiente entrada te cuento otros casos divertidos de traductores e intérpretes con los que sí he llegado a colaborar, pero que no contrataré nunca más.¿Y tú? ¿Tienes algún anécdota divertida que contar? ¿O quizás te has dado cuenta de que justo cometías los mismos errores, sin demasiado éxito, y necesitas algún consejo para corregir tu estrategia? ¡No dudes en escribir un comentario! 🙂