Los 10 mandamientos del buen intermediario
Freelancing1. No prometerás a tu cliente lo que no puedes garantizarle al 100%
Antes de prometerle un intérprete de chino < > suajili en Albacete por la misma tarifa que sueles aplicar para inglés < > español, igual mejor comprobar que existe alguien de esa combinación en este planeta y averiguar lo que te cobra, teletransporte incluido.
2. Contratarás solo a colaboradores de los que te fías
Con tu cliente eres tú quien da la cara, sobre todo si se trata de servicios de traducción. Procura siempre contactar con alguien que sabes de primera mano que trabaja bien o pide recomendaciones a tus compañeros. Contratar al más barato es pan para hoy y hambre para mañana (si vale para el cliente, valdrá también para nosotros, digo yo). En el caso de una interpretación, mucho mejor si es alguien que conoces y del que te fías de verdad, porque allí corres muchos más riesgos de que te roben el cliente.
3. No impondrás tarifas a tus colaboradores
Para mí, es el mandamiento más importante para ser un buen intermediario. Valora el trabajo de tus compañeros empezando por respetar sus tarifas: pregunta cuáles son, no se las impongas. Si sueles cobrar cacahuetes a tus clientes, mejor olvídate de gestionar proyectos. De esto ya hablamos en Tarifas: el autónomo que se convierte en agencia mala.
4. Velarás ante todo por la calidad del servicio, no por tu margen
Si tu visión es a largo plazo y quieres dejar satisfecho a tu cliente, tu prioridad tiene que ser ofrecerle un servicio de calidad y no sacar el margen más alto posible. En todo caso, cuanto más altas sean tus tarifas estándares, más margen de maniobra tendrás para que todos se queden contentos.
5. Tratarás a tu colaborador como quieres que te traten a ti
Sé el cliente perfecto para tu colaborador. Muy importante: tu objetivo es hacerle la vida fácil, prevenir y resolver cualquier tipo de problemas. ¿Si no qué servicio ofreces? Lamentablemente, muchos solo se acuerdan de la comisión, pero se olvidan de esta parte.
Para mí donde de verdad se ve una buena gestión es en los encargos de interpretación. Es mi obligación presupuestar todo al cliente hasta el más mínimo detalle, incluyendo horas extras, dietas e imprevistos porque se los tendré que abonar a mi compañero. Asimismo, tendré que facilitarle toda la documentación con suficiente antelación para garantizar que pueda prepararse y que el trabajo salga bien. Esto implica conseguirla. Para ello, llevo unos años usando un método infalible que recomiendo a todo el mundo: presupuestar un recargo del 25% al cliente si no me envía la documentación antes del día y hora X (nada más y nada menos que una herramienta psicológica 100% eficaz). Igual perderás algún cliente malo (lo cual a la larga es bueno, créeme) y te crearás una cartera de clientes maravillosos, que siempre te pasan la documentación, de los que pagan incluso todo por adelantado y con los que no tendrás el más mínimo problema.
6. Resolverás las dudas de tu colaborador estilo flash
7. Serás amable, empático y agradecido con tu colaborador
Además de ser eficientes en la gestión, queremos que nuestro colaborador se sienta muy cómodo al trabajar con nosotros. No somos máquinas, sino personas y los pequeños detalles son los que hacen la diferencia (ej. “Espero que hayas tenido un buen fin de semana y que hayas recargado las pilas”, “Que vaya genial tu día”, “Muchísimas gracias por tu ayuda”, “¡Qué gusto trabajar contigo!”, sonrisas, llamadas de agradecimiento, etc.).
8. No correrás riesgos económicos innecesarios con tu cliente
A menos que se trate de un cliente habitual del que me fío del todo, personalmente no se me ocurriría nunca la idea de subcontratar nada sin que el cliente me pague el importe íntegro (o al menos el 50%) por adelantado. Si son encargos pequeños, igual podrías pensar que no es para tanto, pero imagínate coordinar un proyecto de traducción y revisión a 11 idiomas con el miedo de que el cliente igual no te pague al final. Mi consejo: desconfía siempre y no tendrás problemas.
9. Recordarás que tu margen implica también obligaciones
Ya lo he comentado en el punto 5 y 8, pero cabe destacarlo una vez más: si cobras una comisión por la gestión tienes que merecértela. Los problemas que tengas con tu cliente no tienen que interesarle ni afectarle a tu colaborador. Si no previste algunas cláusulas en tu presupuesto (ej. cancelación, horas extras en caso de interpretación) o si te fiaste de la persona equivocada, el problema es tuyo, no de tu colaborador. En la mayoría de los casos, sobre todo si tomas las medidas adecuadas, no habrá problemas, pero el día que pase algo tendrás que mantener tu parte del trato con tu colaborador.
10. Pagarás siempre a tu colaborador, pase lo que pase
Lo anterior se traduce sobre todo en abonar a tu colaborador lo que le debes según lo acordado. Personalmente odio las frases de algunos intermediarios: “Es que el cliente aún no ha pagado” (¿Y a mí que más me da, querido?), “Perdona, es que estuve de vacaciones” (Pues haberte organizado mejor y haberme abonado la factura antes). Yo quizás soy el extremo opuesto: suelo abonar la factura a los 5 minutos de recibirla. Como la voy a pagar sí o sí, ¿por qué esperar 30 días, si puedo hacerlo ya y quedar mejor con mi colaborador?
Estos son mis 10 mandamientos, pero seguro que se te ocurre alguno más (¿quién ha dicho que tienen que ser 10 sí o sí?). En ese caso, añádelos en los comentarios y a ver si, entre todos, aportamos nuestro granito de arena para difundir buenas prácticas en este ámbito.
¡Muchas gracias y feliz semana! 🙂
Alessandra