El idioma C en el mercado privado de interpretación: cuándo darle la extrema unción

¿Eres intérprete, trabajas en el mercado privado español y tienes un idioma C? Entonces quizás te hayas preguntado alguna vez, como yo, cuándo es el momento de darle la extrema unción. Si, en cambio, eres un estudiante de interpretación y te parece que lo mejor es tener en tu combinación lingüística 45 idiomas pasivos, quizás te interese también seguir leyendo. 😉

En mi opinión, el mercado privado español de la interpretación de conferencias es totalmente bidireccional: casi siempre los encargos requieren que tengas los dos idiomas activos.

¿Qué supone esto para los que tengamos un idioma pasivo? En mi experiencia —al menos en lo que a la interpretación se refiere—, esa lengua se queda aparcada en una esquina, cogiendo algo de polvo año tras año, mientras trabajas a diario con tus idiomas activos.

Risultati immagini per nothing more nothing gif

Quien es intérprete sabe que tener un nivel excelente de dos idiomas —incluso para profesionales bilingües— requiere muchísimo esfuerzo, sobre todo si además nos especializamos en campos como, por ejemplo, la medicina. Aunque haya gente con superpoderes que consigue tener más de tres idiomas activos —sí, activos de verdad y, sí, intérpretes como la copa de un pino—, diría sin duda que son la excepción que confirma la regla.

En mi caso, el idioma C en cuestión es el alemán y mis idiomas activos son el italiano, el español y el inglés. Traduzco mucho del alemán, pero hay pocos encargos de interpretación en España en los que te garanticen que solo vayas a interpretar del alemán, sin necesidad del retour. Básicamente, coordino todas las interpretaciones bilaterales de alemán de Specialized Traslators con compañeros alemanes o que tengan alemán activo.

Ya tengo muy asumido que nunca tendré cuatro idiomas activos y no pasa nada: ya tengo trabajo de sobra para seguir mejorando cada día porque la perfección en la interpretación nunca se alcanza. Los años desde que dejé de vivir en Alemania pasan, mi actividad sigue creciendo y por lo tanto el tiempo escasea cada vez más. Además de velar siempre por la calidad, ahí es cuando hay que analizar cada encargo también desde un punto de vista de la rentabilidad.

Sobre todo en el ámbito profesional, me gusta tener todo controlado sin dejar cabos sueltos. Por eso, veo la preparación para cualquier interpretación como mi mejor amiga —incluso para las interpretaciones más sencillas y en mi combinación más fuerte, que es sin duda la de italiano-español—. Hay servicios donde, con mucho esfuerzo y estudio previo, sé que puedo llegar a ofrecer el mismo nivel de calidad si trabajo desde el alemán. Aun así, sobra decir que esa preparación no me supone el mismo tiempo para conseguir la misma seguridad y garantías de máxima calidad para el cliente —ambos ingredientes son fundamentales para mi ética y estándares profesionales; si no, rechazo el encargo—.

El desafío

Esta reflexión nace tras haberme puesto en discusión con ocasión de un reciente encargo de interpretación consecutiva del alemán. Inicialmente era del inglés, pero, tras cerrar el presupuesto y todo, se convirtió en alemán; al tener también en cuenta que en la zona escasean los profesionales de alemán, confirmé a pesar del cambio.

Al fin y al cabo, se trataba de un ámbito con el que estoy familiarizada, puesto que traduzco e interpreto para otros clientes del mismo sector. Si hubiera sido con mis combinaciones de idiomas activos, no digo que no habría tenido que estudiar nada —porque eso es incompatible con mi forma de ser, ¡de la misma manera que nunca conseguiré llegar con menos de una hora de antelación a una interpretación!—, pero con unas horas habría sido suficiente. Al ser del alemán, en cambio, me pasé tres días estudiando leyéndome toda la web de la empresa en tres idiomas y viendo unas cuantas horas de vídeos en YouTube del ponente, por si acaso.

Risultati immagini per more challenges more challenges gif

El hecho de que hubiera vídeos del ponente fue muy útil para entender mejor su manera de hablar y algunos conceptos que iba a repetir en su ponencia. Sin embargo, también me asustó bastante el hecho de que fuera el alemán con más sentido del humor que haya visto jamás: los chistes, los dichos, las metáforas rebuscadas y los juegos de palabras eran constantes —sobre todo en las charlas que daba en Alemania—. Temía literalmente lo peor y ¡hasta consideré por un momento la posibilidad de convertirme en la protagonista de un vídeo viral en YouTube! 😆

Risultati immagini per you have to put on a brave face gif

Aun así, mi mejor amiga, la preparación, me ayudó a vencer con éxito los nervios previos al servicio: dos litros de agua de espera después, fue encender el micrófono y estar totalmente en mi salsa. El ponente, que está muy acostumbrado a trabajar con intérpretes, por lo visto, nunca tuvo una experiencia tan positiva —suele tener que hacer pausas cada tres palabras porque los demás intérpretes prefieren no tomar notas y, sobre todo, no consiguen comunicar su energía y su sentido del humor, por lo que traducen palabra por palabra de forma monótona, según él y según confirmaron varios participantes—.

Risultati immagini per self-five gif

Para volver al asunto en cuestión, puesto que evité volverme viral en YouTube y sobre todo nunca he recibido tantos cumplidos en mi vida, acompañados incluso de abrazos del público, he decidido posponer de momento la extrema unción de mi idioma C, aunque el dilema siga ahí.

Para concluir, te animo a dejar un comentario abajo para compartir tu opinión o experiencia y, por si te interesa leer más al respecto, te indico a continuación más enlaces sobre el dilema de tener o no retour en el mercado privado.

¡Muchas gracias por pasarte por aquí y hasta pronto! 🙂

Tags: , , , , , , , ,

La legislación me obliga a molestarle con la obviedad de que esta web usa cookies. Más información ACEPTAR
Aviso de cookies
Privacy Policy