10 manías de una traductora
TranslationEn la entrada anterior ya revelé las 10 manías de una intérprete y, como soy un poco “bipolar” y resulta que soy las dos cosas (intérprete y traductora), aquí van las 10 manías de una traductora (o #tradumanías). Como en la anterior, el estilo también es muy autoirónico y el objetivo es el mismo: que tengas claro los efectos secundarios (¡o TOC en su caso!) que puede conllevar la traducción si aún eres estudiante y, si eres traductor, que te eches unas risas y no te sientas el único “un poco peculiar”.
Aquí van mis 10 tradumanías:
1. Analizar el tiempo en número de palabras
¿Soy la única que piensa: “Otras 300 palabras y me ducho/ voy a comprar / salgo, etc.”?
2. Considerar cobrar las traducciones en invierno por número de tazas de té y café
Esta tradumanía puede variar según la ciudad donde vivas. En mi caso, estoy en Alicante y algún día de la semana en Valencia. Como supuestamente hace mucho calor en comparación con otros sitios, la calefacción en casa ni se sabe lo que es por estos lares. Por lo tanto, la mejores forma de sobrevivir mientras traduces en casa es, por un lado, beber tazas y tazas de infusiones, té y café y, por el otro, comprarte una manta eléctrica (la recibí como regalo de Navidad y puedo decir sin reserva que es el mejor regalo del siglo para un traductor autónomo).
3. Tener una forma grave de alergia a todas las faltas gramaticales y ortotipográficas
Según recientes estudios, el gremio padecería una grave alergia. Nuestros ojos son capaces de detectar a distancia de km faltas gramaticales y ortotipográficas de todo tipo y en varios idiomas, las cuales afectarían de forma significativa a nuestro sistema nervioso. Uno de los efectos de esta alergia es que el traductor que la padece podría ponerse en contacto con el autor del texto que contiene dichas faltas, con la esperanza (en la mayoría de los casos, utopía) de que las corrija. Curiosamente, el traductor que padece esta alergia es muy hábil a la hora de encontrar los errores de los demás, pero a menudo no se da cuenta de sus propias erratas. Hasta la fecha no se ha encontrado un antihistamínico capaz de curar esta alergia ni sus efectos.
4. Controlar la traducción de todos tus idiomas de trabajo en cada producto que compras o consideras comprar
5. Ser como un piloto de avión: él no debería pilotar más de dos tipos de avión, yo no debería usar más de dos plataformas / herramientas TAO para traducir
No sé si solo soy yo, pero también tengo fuertes ataques de alergia cuando los clientes me obligan a trabajar desde sus plataformas de traducción o requieren que tenga otras 40 herramientas TAO.
6. Tener un conflicto personal con Google Traductor
Si vemos una traducción hecha con el Traductor de Google en un ámbito profesional, nos indignamos y lo primero que hacemos para desahogarnos es compartir una captura de pantalla de ese horror en las redes sociales.
7. Hablar con nuestro ordenador o con el texto que estamos traduciendo
Trabajar como autónomo no suele ser el oficio más social del mundo, al menos si excluimos las redes sociales. Si le añadimos que el ordenador se convierte en nuestro mejor compañero de trabajo / mejor amigo (según lo tecnológico que seas) y que está bien de vez en cuando leer en voz alta alguna frase de una traducción para ver cómo suena, ya está… acabamos manteniendo conversaciones con nuestro ordenador y con el texto que estamos traduciendo.
8. Recurrir a todos los familiares, amigos y conocidos disponibles para revisar algún término o texto de su especialidad
Por mucho que nos especialicemos en determinados campos, los traductores acabamos traduciendo de los temas más variados y en ningún caso lo sabemos todo. ¿Resultado? Ante cualquier duda terminológica que no conseguimos resolver, consultamos nuestra base de datos mental para ver quién nos puede echar una mano. En la base de datos están guardados todos los nombres de los familiares, amigos y conocidos (inclusos aquellas personas con las que llevamos más de tres años sin hablar). ¡Hay que tener amigos hasta en el infierno y más nos vale cultivar las amistades!
9. Odiar la frase “envíanos tu mejor tarifa” de las ofertas de traducción
¿Hay algún traductor capaz de no enfadarse cada vez que lee esa expresión más absurda y desafortunadamente muy común entre los gestores de proyectos?
10. Traducir mentalmente la típica frase del PM, “El texto es muy simple y casi no tiene terminología”
La traducción es la siguiente: “Te vas a tirar horas y horas traduciendo la terminología especializada de este texto, pero estamos dispuestos a pagarte 4 cacahuetes y medio… venga, vale… ¡5 porque eres tú!Si eres traductor y te animas a compartir sus “#tradumanías“, ¡son muy bienvenidas!
Si aún no has leído la entrada anterior, aquí la tienes: 10 manías de una intérprete
¡Feliz semana a todos!
Alessandra